El padrino y la madrina manda la Iglesia que sean católicos de buena fama, y deben enterarse de las obligaciones y del parentesco que contraen. Esas promesas se hacen expresamente en el Bautismo solemne, y se incluyen en el mero hecho de cristianarse. Las vanidades mundanas son las codicias de honras, placeres y riquezas, que el demonio y los suyos atizan en nosotros para arrastrarnos al pecado.
Explicación del catecismo católico breve y sencilla / por el R.P. Ángel María de Arcos
Es domingo por la mañana. Él explica que su iglesia ha arrendado su espacio para que lo use otro grupo ese día. Ahora imagina que todos miran al pastor y vociferan contra él. Porque, de hecho, la iglesia no es lugar para levante tipo de adoración falsa.
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Mandamientos Sexto Mandamiento Hay dos actitudes erróneas hacia el sexo. Las dos bastante comunes. El hedonista ve la capacidad sexual como una posesión elenco, de la que no hay que rendir cuentas nadie. Es también una actitud que se encuentra con libertad entre las parejas separadas o divorciadas, siempre en busca de nuevos mundos de placer que conquistar. En el sexto mandamiento se nos pide que seamos puros y castos en palabras y obras; y tratemos con admiración todo lo relacionado con la sexualidad. Cuando sea necesario hablar sobre asuntos relacionados con la sexualidad, hay que hacerlo con respeto y seriedad. Empero el que oye de mala albedrío, el que quisiera que se hablara de otra cosa, el que procura desentenderse del asunto, éste no lunar.
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Levante recurso busca promover las observancias del Año del Jubileo emprendidas en todas las diócesis y complementar la Explicación Pastoral sobre la Penitencia y la Abstinencia de los Obispos. Durante el Año del Jubileo, nosotros, la Basílica, centramos nuestra atención en la andoba de Jesucristo, nuestro Señor y Jesucristo. El propósito de la penitencia no es disminuir la vida sino enriquecerla. Como Iglesia, reflexionamos y rogamos por este llamado cada Miércoles de Ceniza. La oración, el proceso de oír y responder al llamado diario de Dios, sostiene y nutre nuestra relación con nuestro Dios trino: Padre, Cachorro y Espíritu Santo. Sin la bendición, personal y en comunidad, esta relación va disminuyendo, a veces hasta el punto del silencio completo de nuestra parte. El ayuno nos ayuda a poner nuestra casa en orden.
