Cordial

El discreto encanto de la tecnología : Parte 1

Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el niño, espantado, forcejeaba al acariciarlo la pobre mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi existencia irremediable, melodía monótona de la marejada, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la divagación el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad.

Jovencita caprichosa 187375

Poemas en prosa / Charles Baudelaire; traducción del francés por Enrique Díez-Canedo

Logic became an art form. For Llull, logic ceased to be ars demonstrandi and became ars inveniendi, a heuristic method of arriving at universal truths by means of logical operations. A new framework of thought was emerging. El discreto encanto de la tecnología. Operar sobre el código formal Artes con el código y artes del código La cuestión de la formalización del lenguaje y los conocimientos se enuncia en la Edad Media, edad en la que el giro de la ciencia hacia propósitos heurísticos provoca una verdadera revolución de la deducción. La lógica se transforma así en un arte. Esta nueva función de la lógica tiene sus raíces en el pensamiento del filósofo de origen mallorquín Ramon Llull — El abstracción de un lenguaje universal se apoya en la idea de elaborar un lenguaje simbólico de la ciencia que funcione, no como un medio de comunicación, sino como un instrumento asentado para alcanzar la verdad.

El rey Pico de Tordo

La esperanza: una maleta vieja olvidada en un andén sombrío. La paz: un par de guantes blancos olvidados en el fondo de la maleta. Un suspiro y ya no hay carencia. Un suspiro y todo es hielo. Quisiera amarte, amor mío. Quisiera amarte y no puedo. Madre tus manos tan lindas, madre tu cara de niña, madre tu olor a lecho, madre tu sonrisa. Madre de entre mis retratos, el tuyo siempre conmigo. Ay de aquel que no conoce el vacío, Ay de las mareas bajas y del mar en armisticio, Ay del iris que no se inunda al hundirse el sol, Ay, de los ojos sin sal.

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