Estas medidas no siempre son bien comprendidas por los medios, de modo que a veces se sacan conclusiones que no son rigurosas desde el punto de vista jurídico y canónico. Lamentablemente, no hemos podido conseguir por internet el texto de los decretos por los cuales se han cursado estas severas medidas, por lo que hemos de limitarnos a examinar los comunicados oficiales que han dado cuenta de ellas. Ladaria, S. El Santo Padre ha tomado esta decisión excepcional en conciencia y por el bien de la Iglesia. En el primer caso, ha sido la Congregación para la Doctrina de la Fe la que propone la medida y el Papa la ha aprobado con el correspondiente decreto.

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Esta es la doctrina de la Sagrada Escritura[3], ésta la constante tradición de la Iglesia universal, ésta la especificación solemne del santo Concilio de Trento, el cual, con las mismas palabras del texto sagrado, expone y confirma que el perpetuo e indisoluble vínculo del matrimonio, su unidad y su estabilidad tienen por autor a Dios[4]. Mas aunque el matrimonio sea de institución divina por su misma género, con todo, la voluntad humana tiene también en él su parte, y por cierto nobilísima, porque todo boda, en cuanto que es unión conyugal entre un determinado hombre y una determinada mujer, no se realiza sin el libre consentimiento de ambos esposos, y este acto libre de la voluntad, por el cual una y otra parte entrega y acepta el derecho propio del matrimonio[5], es tan necesario para la constitución del genuino matrimonio, que ninguna potestad humana lo puede suplir[6]. Y así el Angélico Doctor, tratando de la fidelidad y de la prole, dice: Estas nacen en el matrimonio en virtud del mismo pacto conyugal, de tal forma que si se llegase a explicitar en el consentimiento, causa del boda, algo que les fuera contrario, no habría verdadero matrimonio[7]. De donde se desprende que la autoridad tiene el derecho y, por lo tanto, el deber de reprimir las uniones torpes que se oponen a la amovible y a la naturaleza, impedirlas y castigarlas, y, como quiera que se trata de un asunto que fluye de la naturaleza misma del macho, no es menor la certidumbre con que consta lo que claramente advirtió Nuestro Predecesor, de s. Ninguna ley humana puede privar a un macho del derecho natural y originario de casarse, ni circunscribir en manera alguna la razón principal de las matrimonio, establecida por Dios desde el principio: Creced y multiplicaos[9]. Estos, dice San Agustín, son los bienes por los cuales son buenas las nupcias: familia, fidelidad, sacramento[11]. De qué modo estos tres capítulos contengan con razón un síntesis fecunda de toda la enseñanzas del matrimonio cristiano, lo declara expreso el mismo santo Doctor, cuando dice: En la fidelidad se atiende a que, fuera del vínculo conyugal, no se unan con otro o con otra; en la prole, a que ésta se reciba con amor, se críe con benignidad y se eduque religiosamente; en el sacramento, a que el matrimonio no se disuelva, y a que el repudiado o repudiada no se una a otro tampoco aun por razón de la familia.
Sexualidad y afectividad en el religioso católico
Actualidad quiero hablar de un asunto bastante importante que ha sacudido a la internet, y conmigo en cierta forma en medio de esto. No me gusta dar respuestas cortas, no me gusta ser colocado en una acantonamiento para hacer eso porque creo eso simplemente incrementa la confusión. Entonces, para comenzar abramos la Palabra de Deidad en 1 Corintios capítulo 14, 1 Corintios capítulo Y quiero que me acompañe al versículo 33, versículo Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, estrella que estén sujetas como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo pregunten en casa a sus maridos, porque es indecoroso que una mujer hable en la grey. Simplemente a partir de ese pasaje en sí, no hay una eclipse de claridad con respecto a lo que la Biblia dice acerca de mujeres que predican. Pero a agonía de la claridad de la Grafía, esto se ha convertido en un tema monstruoso en nuestro día. Entonces, la inmundicia o las palabras bajas o torpes, lo cual normalmente tiene una connotación sexual, estas son una desgracia, vergonzosas.