Hoy me dirijo a ustedes con toda emoción, hoy inicia un nuevo periodo en la historia de la Ciudad de México, hoy comenzamos con la esperanza renovada de sus habitantes y con la confianza depositada en nuestras capacidades. Por ello mi gratitud a toda la gente que me dio su voto y que me permite encabezar esta nueva revolución pacífica para alcanzar los grandes cambios inaplazables. Mi lealtad a la palabra empeñada, a mis principios, valores y por supuesto a los anhelos y propósitos de mi gente. Mi honestidad en el comportamiento diario, en el ejemplo y en la exigencia de cumplimento a todo mi equipo de trabajo. Gratitud, lealtad y honestidad son irrenunciables.
1. Es difícil pedirle a una chica una cita
Basílica de invierno. San Petersburgo. Foto en flickr por Little Sadie. Algunos arancel reservados. Para empezar situémonos en el tiempo y en el espacio.
#2 Estoy enferma así que estaré en cama por unos días
A pesar de lo que muchos dicen, los hombres buenos y que buscan relaciones serias sí existen, que algunas de nosotras no sepamos distinguirlos o no nos atraigan en primer edad, es muy diferente. Las mujeres siempre esperan a que sean los hombres los que den ese primer paso. A eso agrégale que muchas chicas no saben lo doloroso que es ser rechazado. Estas dos situaciones hacen que los chicos se la piensen bastante antes de pedirte que salgas con ellos pero, pese a los riesgos, optan por llenarse de valor y hacerlo; que aceptes o no, eso ya es otra historia. No existe ninguna regla social explícita que diga que los hombres son los dueños del derecho a invitar a salir a una mujer. De tiempo en cuando, si una mujer se siente interesada en un hombre, o una chica en un joven, perfectamente puede hacerlo también. A favor puedo decir que se va perdiendo el miedo y se gana seguridad en sí misma, aunque haya un alergia de por medio. Relee: La primera cita.
2. Que te pida salir en una cita no es igual a que ya tengan una relación
Soy carolina. Una rubia bella cara y cuerpazo de madama, 1, 67mt, pechos. Soy activa, pasiva.
